El enemigo de tu perro vuelve en primavera: ¿cómo actuar en caso de contacto con una procesionaria?
- Si ves una fila de orugas procesionarias aléjate todo lo que puedas, podrían afectarte a ti y, especialmente, a tu perro
- En caso de infección o contacto directo con la oruga procesionaria, te enseñamos a actuar de la forma más rápida posible
El 20 de marzo da comienzo la primavera, una época en el que la naturaleza se despierta del sueño del invierno y comienzan a florecer cientos de árboles frutales, plantas… Pero, no es todo de color durante esta etapa floral, ya que con ella se intensifica la aparición de orugas procesionarias. Se trata de unos pequeños insectos que, a primera vista, pueden parecer indefensos, pero que pueden causar graves problemas a los árboles, a los humanos y, especialmente, a los perros. Si tu perro ha estado en contacto con alguna de estas orugas, ¡no esperes y actúa rápido! ¿Cómo? Te lo enséñanos en Ahora o Nunca.
¿Por qué se mueven en hileras?
Una de las imágenes más típicas de la primavera es ver las temibles filas de orugas procesionarias. La oruga procesionaria destaca por su peculiar forma de moverse. Van siempre en grupo, unidas unas por otras y, todo apunta, a que podría ser una estrategia para asustar a sus depredadores, ya que estos las verían como un animal enormemente largo. Estos depredadores son pájaros, como los carboneros y los herrerillos, insectos como las avispas y las mantis y mamíferos como el lirón.
¿Por qué son peligrosas para el ser humano y los perros?
Aparte de su voracidad, que afecta especialmente a los pinares, estas orugas son peligrosas para el hombre por sus pelos urticantes. Tienen una toxina que puede provocar la llamada "dermatitis de la oruga", además de provocar alergia, problemas respiratorios y daños en los ojos.
Son especialmente peligrosas para los perros. Como explican en el espacio de mediodía de RTVE, si las huelen y, sobre todo, si las comen, pueden sufrir necrosis en la lengua, ceguera e incluso, un shock anafiláctico que puede acabar con su vida.
La vida de una oruga procesionaria
También los nidos de las orugas procesionarias son tóxicos. Para aprender a localizarlos, son esas bolsas blancas, que encontramos en los pinos durante los meses fríos y tienen entre 100 a 200 larvas. Pues, no es hasta los meses de abril y mayo, cuando las orugas bajan de los árboles y hacen sus famosas “procesiones”. Finalmente se entierran, pasan a la fase de crisálidas, y se convierten en polillas. Estas polillas solo viven uno o dos días, lo que tardan en juntarse, reproducirse y poner 200 huevos.
Por el calentamiento de nuestro clima se ha adelantado la eclosión de estas orugas procesionarias que, en algunas ocasiones, aparecen muy pronto, llegando a encontrar las procesiones desde meses como enero…
¿Cómo actuar si tu perro se ha expuesto a la oruga procesionaria?
Lo mejor es, en la medida de lo posible, es mantenerse muy alejado de este tipo de orugas. Sin embargo, cuando ya no hay marcha atrás y tu perro se ha expuesto a la infección de procesionarias es importante actuar con la mayor rapidez posible. ¿Cómo?
- Lo primero es lavar bien la zona afectada (a ser posible con agua caliente). Ya que la toxina que produce la procesionaria es sensible al calor y se desactiva cuando entra en contacto con este. Esta medida a tiempo es fundamental para evitar problemas como la necrosis, así como secuelas posteriores.
- Después ponte en contacto con un veterinario cuanto antes y, si tienes a mano corticoides, como el Urbasón, inyéctaselo en las medidas que indique el prospecto o el experto. Después ve a la clínica lo más rápido posible.